Navegar en velero y Navegar profundo

Por estos días estoy en Samothraki, una isla al norte de Grecia.

Ayer unos amigos nos invitaron a mi compañero y a mi, a navegar en un velero, la idea era ir hasta otra isla, pasar todo el día, dormir en el velero y volver al otro día.

Un muy buen plan.

 

 

Listo.

Nos montamos todos muy felices al velero, 9 personas, un niño y un perro, y arrancamos.

Todo comenzó bien, sin embargo, a cada minuto que pasaba hacia más viento y habían olas más y más grandes.

El velero golpeaba fuerte con las olas, y nosotros íbamos de un lado al otro del velero, nos teníamos que agarrar de donde fuera.

Al cabo de unos minutos unas personas ya estaban con la cabeza al borde, inclinada al mar y haciendo sonidos guturales.

Y yo que soy de las miedosas, pero de las que no se marea, ya estaba sintiendo el verdadero terror.

Lo bueno era que como todos hablaban en griego no me enteraba de nada, así que no sabía si estaba todo bien o íbamos a naufragar.

 

 

 

Navegar.

Navegar

Navegar

Navegar me parece una palabra sublime y poderosa, tan poderosa como su acción, como su arte.

En la ecosomatica hablamos mucho de navegar y tanto movimiento me dio para observar y sentir mucho este arte poderoso.

Ir de un lugar a otro.

Cruzar, surcar, atravesar.

Ir de un lugar al otro del cuerpo, de un lugar que se siente bien a un lugar incómodo. Del miedo a la seguridad.

Ir de una ola alta a una ola en calma.

 

Navegar es el viaje de la vida.

A veces el mar (vida, movimiento y desafío) está en calma (regulación) y otras picado (activación) y así mismo es la vida, a veces estamos bastante reguladas y otras activadas, pero mientras pasamos de un lugar al otro puede haber un gran movimiento.

Entonces navegar es para valientes porque atravesar el movimiento puede asustar, mientras cruzas de un lugar a otro te sientes morir…después baja la ola y llega la calma, la regulación.

 

Tú ya eres valiente.

Piensa cuantas veces has navegado los desafíos y emociones de la vida y después has encontrado la calma.

 

Navegar profundo también tiene su recompensa, su tesoro.

Su tesoro adentro y afuera. 

Nosotros en los 2 días que navegamos tomamos nuestro tesoro, pudimos ver alrededor de 20 delfines y al final también vimos una tortuga.

Es verdad, yo no miento.

Los contamos, estamos felices y maravillados viendo esa hermosura, mientras nos sosteníamos unos de los otros para no caer.

Al final cuando la tortuga apareció fue mi señal, mi revelación y sentí como en medio del movimiento y las grandes olas también se puede ir lento y suave.

Cada viaje tiene sus tesoros y es hermoso, y mágico, y profundo, y verdadero.

Así que abraza tu valentía, sigue navegando y ve por tu tesoro.

Navega

Navega

 

Navega

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